Colaboración en el programa Diagnóstico de rtvcyl

Comparto el reportaje sobre #estrés del programa #Diagnóstico de la televisión de Castilla y León, en el que he colaborado como especialista en el manejo del estrés.
Ha sido un placer y un honor aportar mi granito de arena en este estupendo trabajo de Sara Ayuso, bien documentado, completo y ameno. Enhorabuena a todo el equipo. Ver

portada programa Diagnóstico T4E11

Eneagrama y control del estrés

¿Qué estresa más a cada eneatipo?

¿Qué necesita cada eneatipo en sus momentos de estrés?

¿Cómo puede autoayudarse cada eneatipo para recuperar su equilibrio y poder brindarse bienestar?

Trataremos de responder a estas preguntas en el taller del próximo día 2 de diciembre.
!Os esperamos!

cartel taller eneagrama y estrés

Perfil vulnerable al estrés

Cuando indagamos sobre las causas del estrés en una persona, muy frecuentemente nos encontramos dos grupos de factores internos, por un lado la baja autoestima, y el miedo a no ser suficiente, y por otro, la alta exigencia, el perfeccionismo y la procrastinación.

inmune al estrés

Estos dos grupos de factores suelen aparecer juntos y conectados.

Si hay mucha exigencia, nunca se es suficiente. Si uno no se siente suficiente, forja un mal autoconcepto, se produce menosprecio, baja la autoestima.

Así, para que  cualquier cosa que hagamos tenga categoría de “digno”, se necesita superar unos estándares cercanos a la perfección. Como alcanzar esos estándares es muy difícil, entonces se produce la parálisis: “no puedo hacerlo perfecto” se convierte en “no puedo hacerlo” y comenzamos a procrastinar, (postergar tareas). Procrastinar nos hace sentir más insuficientes aún, y aquí aparece el estrés, la presión por la tarea pendiente.

Es necesario romper este círculo vicioso y podemos hacerlo en varios puntos de este recorrido:

  • Atacando al perfeccionismo , esforzándonos en frenar ese ansia de hacerlo perfecto, reservándonos el derecho de  cometer errores y tener la valentía de aceptarlos comprobando que la vida sigue, a pesar de ello.
  • Neutralizando el discurso crítico con nosotros mismos, creando discursos amables y compasivos que podemos utilizar en forma de afirmaciones. Repetiremos mentalmente cada día afirmaciones positivas para quitar fuerza a esas negativas que también nos hacemos diariamente sobre la poca valía, las faltas y los errores que cometemos.
  • En la exigencia, siendo más amable y comprensivo con uno mismo, aceptando nuestras limitaciones, y queriéndonos tal como somos. Perdiendo el miedo a no ser suficiente, porque nacemos suficientes.

Está en nuestra mano hacernos más inmunes al estrés. Siempre estamos a tiempo de entrenarnos y aprender nuevas rutas de pensamiento y de conducta que nos hagan menos vulnerables al estrés.

Formas de afrontar el estrés

 

afrontar el estrés

Las distintas formas en que reaccionamos cuando nos enfrentamos al estrés marcan grandes diferencias en nuestra calidad de vida.

El afrontamiento del estrés es aquello que hacemos para soportar o sobrellevar el estrés. Puede  consistir en cosas que pensamos, cosas que hacemos o  reacciones emocionales, y no siempre lo hacemos de la mejor manera posible.

Hay tres formas en las que podemos afrontar el estrés:

  1. Intentar cambiar la situación que lo provoca. ¿Puedo sortear la caravana en la que me veo atascado cada mañana en el coche levantándome 5 minutos antes?
  2. A veces no posible cambiar la situación y en este caso, el afrontamiento idóneo será reconsiderar el significado. Un jefe injusto en un trabajo del que no puedes prescindir. Él es una persona amargada y no voy a dejar que me amargue a mi también, pondré un escudo para que no me afecte
  3. Otras veces, la situación  es intrínsecamente estresante, no podemos escapar y no es fácil verlo de maneras menos amenazantes. Entonces el afrontamiento consiste en reducir los síntomas del estrés. Ser cuidador de un familiar  dependiente y a largo plazo. En este caso, el afrontamiento tendría que pasar por el autocuidado, pedir ayuda, reservar momentos para uno mismo.

Pero el afrontamiento orientado a reducir los síntomas puede ser llevado a cabo de distintas maneras, y es aquí donde a veces surgen los problemas. El intento de reducir los síntomas puede hacerse a través de acciones saludables como practicar relajación, meditación o ejercicio. Pero también puede hacerse por otras menos saludables (atontarnos frente al televisor encadenando capítulos de una serie) o claramente nocivas para la salud (beber alcohol o consumir drogas para conseguir relajación).

Las consecuencias de unas y otras opciones son muy distintas, y también el grado de éxito obtenido. Las soluciones que pasan por “narcotizarse” de una u otra manera, solo consiguen su objetivo a cortísimo plazo, creando un efecto rebote cuando se ha de prescindir de ello. Sin embargo, las soluciones saludables tienen un efecto acumulativo y positivo: podemos trabajar cada día para seguir estando mejor, y con ello vamos construyendo bienestar.

¿Por qué a unas personas les afecta más que a otras el estrés?

Decíamos que el estrés es una respuesta del cuerpo ante un cambio. Por ejemplo, si de repente baja la temperatura, percibiremos frío y nuestro cuerpo tendrá que reajustarse para mantener la temperatura corporal. Sin embargo, sabemos que no todos somos igual de frioleros, y de la misma manera, tampoco reaccionamos igual frente a otras situaciones de estrés.

a unas personas afecta más que a otras el estrés

Por ejemplo, supongamos una oficina en la que todo el mundo tiene el mismo tipo de trabajo y el mismo jefe hiperexigente o maleducado. Sabemos que no todos los empleados se van a sentir igual, puede que algunos estén realmente angustiados, vivan en un sobresalto continuo incluso fuera de horas de trabajo y empiecen a acusar dolencias físicas como dolores de cabeza o de espalda y otros no lo estén en absoluto, y simplemente se olviden del trabajo en el momento de salir por la puerta.

 Y es que, en nuestra vivencia no es el factor externo únicamente lo que nos afecta, sino la combinación de los factores externos con otros factores internos.

Estos factores internos son distintos para cada persona y tienen que ver con nuestra genética, nuestra personalidad y con nuestra manera de enfrentar los problemas que a su vez tiene  mucho que ver con nuestros aprendizajes  y nuestras vivencias.

La buena noticia es que el momento de hacer  aprendizajes nunca se acaba. Siempre estamos a tiempo de aprender a afrontar los problemas o las circunstancias que nos causan estrés de manera que el impacto sea menos negativo.

En muchas ocasiones no podemos cambiar esas circunstancias y deberemos simplemente aceptar y adaptarnos a la nueva situación. En otras quizá esté en nuestra mano mejorar la situación de alguna manera y para ello, primero debemos darnos cuenta de ello.  También habrá ocasiones en que  podamos encontrar  nuevas formas de ver lo que está pasando y darnos cuenta de si nuestra perspectiva está distorsionada de alguna manera.

Así que, aunque es de la combinación de ambos tipos de factores, externos e internos que podemos sentirnos más o menos afectados por el estrés,  tenemos la posibilidad de mejorar esa afectación y aprender a ser menos vulnerables.

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¿Qué es el estrés?

 El estrés es una respuesta del cuerpo ante un cambio. Puede ser un cambio en el ambiente (de repente baja la temperatura) o en tus relaciones, en tu situación laboral…cualquier cambio nos obliga a reajustarnos.

 El cuerpo reacciona para mantener su equilibrio y trata de adaptarse a la nueva situación. Si ha bajado la temperatura exterior, el cuerpo se moviliza para mantener la temperatura corporal, si hay muchísima carga de trabajo, tratas de sacar más en menos tiempo. El estrés te está ayudando a hacerlo.

¿Pero, por qué se convierte el estrés en nocivo?

Todos tenemos un límite hasta el que la  adaptación es tolerable y en principio, beneficiosa. Por ejemplo, para acometer una tarea nueva o difícil pero asumible, el estrés nos motiva, nos da energía, nos enfoca. Cuando la exigencia ha terminado, el organismo recupera la calma, y puede dedicarse al autocuidado.

Pero cuando sobrepasamos esos límites de tolerancia, es cuando aparece la percepción de amenaza. El cuerpo empieza a movilizar otros mecanismos: la reacción de lucha o huida.

Esa reacción conlleva muchos cambios por ejemplo, en la presión arterial, en la frecuencia cardíaca, en el ritmo respiratorio, en la sudoración… Es un sistema diseñado para afrontar situaciones de emergencia puntuales y una vez resuelta la emergencia, el cuerpo recupera nuevamente la calma, pero…

¡Aquí llega el problema!:

Cuando la situación amenazante no es puntual, sino que se repite día tras día, esos cambios fisiológicos se producen con demasiada frecuencia. Ya no es puntual sino habitual, ya no hay momentos posteriores a la alarma que permitan al cuerpo recuperarse, sino que le obligamos a estar en ese estado de especial activación frecuente y prolongadamente en el  tiempo, y esto hace que muchos de estos cambios se conviertan en crónicos.

Por ejemplo, los aumentos en la presión arterial pueden derivar en hipertensión,  y en lo psicológico, el estado de alerta mantenido sin descanso puede llevarnos a la ansiedad o la depresión.

persona estresada

¿Qué podemos hacer para no llegar a estos extremos? Si los problemas vienen de la excesiva activación de ciertos mecanismos, lo lógico será ayudar al cuerpo a desactivarlos, y esto lo conseguimos con las prácticas de relajación, con la meditación, el deporte (siempre que no sea compitiendo) o pasando un buen rato con personas queridas. De este modo, estamos informando a nuestro cerebro de que no estamos en peligro, y que puede dejar de estar en modo de alarma.

Próximo curso de relajación

Curso de relajación en noviembre

¡Comenzamos el año lectivo!

Empezamos con el CURSO DE RELAJACIÓN presencial / online para los días 13, 20, y 27 de noviembre, 4 y 18 de diciembre. Utilizaremos Auto Relajación Consciente, que es una  metodología  de entrenamiento propia, que estructura técnicas de relajación física y mental entre las que se incluye mindfulness, relajación física y visualización.
Por otra parte, se reanudan igualmente las SESIONES INDIVIDUALES, tanto en modo presencial como online.


Curso Auto Relajación Consciente Presencial/Online
Modalidad Presencial/Online en 5 sesiones de 2h
Fechas: 13, 20, y 27 de noviembre, 4 y 18 de diciembre
Hora:  de 19:00 a 21:00

y en este enlace toda la información sobre contenidos, metodología y otros datos prácticos del curso.

Entrenar el optimismo

Dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos en su libro La fuerza del optimismo:

…resulta más eficaz invertir en estrategias dirigidas a aumentar nuestra visión optimista de las cosas que en medidas destinadas a cambiar nuestras creencias pesimistas…”.

Efectivamente, en los estudios sobre la heredabilidad del optimismo, se ha podido ver que la genética tiene solo cierta influencia sobre nuestra tendencia al optimismo o pesimismo. Y digo solo cierta tendencia, porque como veremos ahora, las cifras no son muy determinantes.

Para empezar, curiosamente, la heredabilidad no es la misma para ambos rasgos.

El optimismo, por ejemplo, se hereda en un 25% de las veces. Esto quiere decir que solo 25 de cada 100 optimistas deben a la genética su buen talante para enfrentar la vida. El resto, son optimistas porque han aprendido a serlo, quizá porque sus padres lo eran, o aprendieron en el colegio, o por los amigos…

Sin embargo, para el pesimismo, los genes tienen un peso de 45%. Lo que quiere decir que de cada 100 pesimistas, 45 vienen marcados por su herencia, y 55 por aprendizaje o por circunstancias.

Es decir, somos más moldeables en cuanto a aprender formas de pensar optimistas, hay más posibilidades de cambio. A eso se refiere Luis Rojas Marcos cuando dice que es más rentable intentar ser más optimista.

En cualquier caso, parece que merece la pena tratar de neutralizar la tendencia pesimista con el aprendizaje de nuevas rutas de pensamiento.

De entrenar el optimismo y aprender a pensar como lo hacen los afortunados optimistas, es de lo que va el próximo curso Pensar más Positivo.

Globo aerostático colorido. Curso de pensamiento positivo

Un ejercicio de atención

Te propongo un ejercicio muy cortito de atención plena. Si nunca has experimentado la meditación, puede ser un primer contacto.

Se trata de que observes a continuación cómo discurre el agua en este video que he grabado en un pequeño arroyo. Hazlo atendiendo únicamente al agua cayendo. Trata de no dejarte llevar por otros pensamientos. Únicamente sigue atentamente el desplome del agua, observa el burbujeo, la transparencia del agua, escucha el sonido…

Cada instante es único, no es un video en bucle, está grabado durante un minuto.

Cada gota que ha pasado por ese lugar no volverá a pasar, piénsalo así. Al igual que no volverá a pasar ese minuto durante el que vas a estar atendiendo.

Estáte presente en la experiencia por solo un minuto.

Si durante este minuto te distraes, no te decepciones ni te desapruebes. No te enganches en hacer juicios sobre lo que ha pasado, simplemente vuelve a observar el agua.

Vuelve tu atención a lo que está ocurriendo en el video. ¡Venga, vamos allá!

Paz interior

Mar en calma. Paz interior: equilibrio entre lo que crees que debería ser y lo que es.

Se alcanza paz no tanto cuando se han alcanzado metas, sino cuando hay equilibrio entre lo que crees que debería ser y lo que es.

Y creo que la clave de esto es la aceptación. Aceptar la realidad como es, sin enjuiciar, sin etiquetar, sin criticarla.

Sientes paz interior cuando no te juzgas, cuando no te repites continuamente que las cosas no deberían ser así sino de otra manera.

Sientes paz interior desde la honestidad de aceptar de ti y de la vida, lo que es (lo que te gusta y lo que no te gusta) sabiendo que lo haces lo mejor que puedes y sabes:

Esto es lo que hay. Esto es lo que soy. Esto es lo que tengo.