Perfil vulnerable al estrés

Cuando indagamos sobre las causas del estrés en una persona, muy frecuentemente nos encontramos dos grupos de factores internos, por un lado la baja autoestima, y el miedo a no ser suficiente, y por otro, la alta exigencia, el perfeccionismo y la procrastinación.

inmune al estrés

Estos dos grupos de factores suelen aparecer juntos y conectados.

Si hay mucha exigencia, nunca se es suficiente. Si uno no se siente suficiente, forja un mal autoconcepto, se produce menosprecio, baja la autoestima.

Así, para que  cualquier cosa que hagamos tenga categoría de “digno”, se necesita superar unos estándares cercanos a la perfección. Como alcanzar esos estándares es muy difícil, entonces se produce la parálisis: “no puedo hacerlo perfecto” se convierte en “no puedo hacerlo” y comenzamos a procrastinar, (postergar tareas). Procrastinar nos hace sentir más insuficientes aún, y aquí aparece el estrés, la presión por la tarea pendiente.

Es necesario romper este círculo vicioso y podemos hacerlo en varios puntos de este recorrido:

  • Atacando al perfeccionismo , esforzándonos en frenar ese ansia de hacerlo perfecto, reservándonos el derecho de  cometer errores y tener la valentía de aceptarlos comprobando que la vida sigue, a pesar de ello.
  • Neutralizando el discurso crítico con nosotros mismos, creando discursos amables y compasivos que podemos utilizar en forma de afirmaciones. Repetiremos mentalmente cada día afirmaciones positivas para quitar fuerza a esas negativas que también nos hacemos diariamente sobre la poca valía, las faltas y los errores que cometemos.
  • En la exigencia, siendo más amable y comprensivo con uno mismo, aceptando nuestras limitaciones, y queriéndonos tal como somos. Perdiendo el miedo a no ser suficiente, porque nacemos suficientes.

Está en nuestra mano hacernos más inmunes al estrés. Siempre estamos a tiempo de entrenarnos y aprender nuevas rutas de pensamiento y de conducta que nos hagan menos vulnerables al estrés.

Formas de afrontar el estrés

 

afrontar el estrés

Las distintas formas en que reaccionamos cuando nos enfrentamos al estrés marcan grandes diferencias en nuestra calidad de vida.

El afrontamiento del estrés es aquello que hacemos para soportar o sobrellevar el estrés. Puede  consistir en cosas que pensamos, cosas que hacemos o  reacciones emocionales, y no siempre lo hacemos de la mejor manera posible.

Hay tres formas en las que podemos afrontar el estrés:

  1. Intentar cambiar la situación que lo provoca. ¿Puedo sortear la caravana en la que me veo atascado cada mañana en el coche levantándome 5 minutos antes?
  2. A veces no posible cambiar la situación y en este caso, el afrontamiento idóneo será reconsiderar el significado. Un jefe injusto en un trabajo del que no puedes prescindir. Él es una persona amargada y no voy a dejar que me amargue a mi también, pondré un escudo para que no me afecte
  3. Otras veces, la situación  es intrínsecamente estresante, no podemos escapar y no es fácil verlo de maneras menos amenazantes. Entonces el afrontamiento consiste en reducir los síntomas del estrés. Ser cuidador de un familiar  dependiente y a largo plazo. En este caso, el afrontamiento tendría que pasar por el autocuidado, pedir ayuda, reservar momentos para uno mismo.

Pero el afrontamiento orientado a reducir los síntomas puede ser llevado a cabo de distintas maneras, y es aquí donde a veces surgen los problemas. El intento de reducir los síntomas puede hacerse a través de acciones saludables como practicar relajación, meditación o ejercicio. Pero también puede hacerse por otras menos saludables (atontarnos frente al televisor encadenando capítulos de una serie) o claramente nocivas para la salud (beber alcohol o consumir drogas para conseguir relajación).

Las consecuencias de unas y otras opciones son muy distintas, y también el grado de éxito obtenido. Las soluciones que pasan por “narcotizarse” de una u otra manera, solo consiguen su objetivo a cortísimo plazo, creando un efecto rebote cuando se ha de prescindir de ello. Sin embargo, las soluciones saludables tienen un efecto acumulativo y positivo: podemos trabajar cada día para seguir estando mejor, y con ello vamos construyendo bienestar.

¿Por qué a unas personas les afecta más que a otras el estrés?

Decíamos que el estrés es una respuesta del cuerpo ante un cambio. Por ejemplo, si de repente baja la temperatura, percibiremos frío y nuestro cuerpo tendrá que reajustarse para mantener la temperatura corporal. Sin embargo, sabemos que no todos somos igual de frioleros, y de la misma manera, tampoco reaccionamos igual frente a otras situaciones de estrés.

a unas personas afecta más que a otras el estrés

Por ejemplo, supongamos una oficina en la que todo el mundo tiene el mismo tipo de trabajo y el mismo jefe hiperexigente o maleducado. Sabemos que no todos los empleados se van a sentir igual, puede que algunos estén realmente angustiados, vivan en un sobresalto continuo incluso fuera de horas de trabajo y empiecen a acusar dolencias físicas como dolores de cabeza o de espalda y otros no lo estén en absoluto, y simplemente se olviden del trabajo en el momento de salir por la puerta.

 Y es que, en nuestra vivencia no es el factor externo únicamente lo que nos afecta, sino la combinación de los factores externos con otros factores internos.

Estos factores internos son distintos para cada persona y tienen que ver con nuestra genética, nuestra personalidad y con nuestra manera de enfrentar los problemas que a su vez tiene  mucho que ver con nuestros aprendizajes  y nuestras vivencias.

La buena noticia es que el momento de hacer  aprendizajes nunca se acaba. Siempre estamos a tiempo de aprender a afrontar los problemas o las circunstancias que nos causan estrés de manera que el impacto sea menos negativo.

En muchas ocasiones no podemos cambiar esas circunstancias y deberemos simplemente aceptar y adaptarnos a la nueva situación. En otras quizá esté en nuestra mano mejorar la situación de alguna manera y para ello, primero debemos darnos cuenta de ello.  También habrá ocasiones en que  podamos encontrar  nuevas formas de ver lo que está pasando y darnos cuenta de si nuestra perspectiva está distorsionada de alguna manera.

Así que, aunque es de la combinación de ambos tipos de factores, externos e internos que podemos sentirnos más o menos afectados por el estrés,  tenemos la posibilidad de mejorar esa afectación y aprender a ser menos vulnerables.

.

Próximo curso de relajación

Curso de relajación en noviembre

¡Comenzamos el año lectivo!

Empezamos con el CURSO DE RELAJACIÓN presencial / online para los días 13, 20, y 27 de noviembre, 4 y 18 de diciembre. Utilizaremos Auto Relajación Consciente, que es una  metodología  de entrenamiento propia, que estructura técnicas de relajación física y mental entre las que se incluye mindfulness, relajación física y visualización.
Por otra parte, se reanudan igualmente las SESIONES INDIVIDUALES, tanto en modo presencial como online.


Curso Auto Relajación Consciente Presencial/Online
Modalidad Presencial/Online en 5 sesiones de 2h
Fechas: 13, 20, y 27 de noviembre, 4 y 18 de diciembre
Hora:  de 19:00 a 21:00

y en este enlace toda la información sobre contenidos, metodología y otros datos prácticos del curso.

Entrenar el optimismo

Dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos en su libro La fuerza del optimismo:

…resulta más eficaz invertir en estrategias dirigidas a aumentar nuestra visión optimista de las cosas que en medidas destinadas a cambiar nuestras creencias pesimistas…”.

Efectivamente, en los estudios sobre la heredabilidad del optimismo, se ha podido ver que la genética tiene solo cierta influencia sobre nuestra tendencia al optimismo o pesimismo. Y digo solo cierta tendencia, porque como veremos ahora, las cifras no son muy determinantes.

Para empezar, curiosamente, la heredabilidad no es la misma para ambos rasgos.

El optimismo, por ejemplo, se hereda en un 25% de las veces. Esto quiere decir que solo 25 de cada 100 optimistas deben a la genética su buen talante para enfrentar la vida. El resto, son optimistas porque han aprendido a serlo, quizá porque sus padres lo eran, o aprendieron en el colegio, o por los amigos…

Sin embargo, para el pesimismo, los genes tienen un peso de 45%. Lo que quiere decir que de cada 100 pesimistas, 45 vienen marcados por su herencia, y 55 por aprendizaje o por circunstancias.

Es decir, somos más moldeables en cuanto a aprender formas de pensar optimistas, hay más posibilidades de cambio. A eso se refiere Luis Rojas Marcos cuando dice que es más rentable intentar ser más optimista.

En cualquier caso, parece que merece la pena tratar de neutralizar la tendencia pesimista con el aprendizaje de nuevas rutas de pensamiento.

De entrenar el optimismo y aprender a pensar como lo hacen los afortunados optimistas, es de lo que va el próximo curso Pensar más Positivo.

Globo aerostático colorido. Curso de pensamiento positivo

Paz interior

Mar en calma. Paz interior: equilibrio entre lo que crees que debería ser y lo que es.

Se alcanza paz no tanto cuando se han alcanzado metas, sino cuando hay equilibrio entre lo que crees que debería ser y lo que es.

Y creo que la clave de esto es la aceptación. Aceptar la realidad como es, sin enjuiciar, sin etiquetar, sin criticarla.

Sientes paz interior cuando no te juzgas, cuando no te repites continuamente que las cosas no deberían ser así sino de otra manera.

Sientes paz interior desde la honestidad de aceptar de ti y de la vida, lo que es (lo que te gusta y lo que no te gusta) sabiendo que lo haces lo mejor que puedes y sabes:

Esto es lo que hay. Esto es lo que soy. Esto es lo que tengo.

Relajación y Autoconocimiento

¿Por qué practicar Auto Relajación Consciente nos conduce a un mayor autoconocimiento?

La práctica de ARC nos permite identificar con claridad los tres aspectos de nuestro ser: Pensamiento, la Emoción y el Cuerpo, y entender que son solo eso, facetas o aspectos de una única realidad

Arbol otoñal. curso de Auto Relajacjón Conscientea

A través de la práctica conseguimos una mayor conexión con el cuerpo, como si aprendiéramos el lenguaje en que nos habla, a veces a través de molestias o dolores y también de sensaciones placenteras.

Observando las sensaciones físicas nos daremos cuenta de que se corresponden con determinadas emociones o sentimientos. Por ejemplo: suelo sentir presión en el pecho cuando temo que ocurra algo malo, o suelo apretar la mandíbula cuando me siento atacad@.

Siendo consciente de los estados de ánimo, y de los cambios de éste, podemos “rebobinar” para darnos cuenta de qué pensamiento ha desencadenado ese sentimiento. A veces es un pensamiento tan fugaz que ni siquiera nos damos cuenta de que ha estado ahí.

La observación de los pensamientos nos permite darnos cuenta de los sesgos, las tendencias que cada uno tenemos al elaborar nuestros pensamientos. Ser consciente de ello nos permite corregir esas tendencias.

En definitiva, cuando practicas ARC, el tiempo que te permites a diario para estar contigo mism@ te permite ir ganando terreno en control y bienestar. A través de la observación y el autoconocimiento, vas retomando las riendas de tu propia vida.

Si quieres iniciar este camino, tienes la oportunidad de hacerlo en la próxima edición de Auto Relajación Consciente, que comienza el 4 de noviembre.

¿Por qué somos tan negativos?

Parece ser que nuestra tendencia a fijarnos en lo negativo es un rasgo evolutivo. Es una consecuencia de nuestro recorrido como supervivientes de un mundo lleno de amenazas a las que nuestro sistema de supervivencia ha aprendido a detectar y enfrentarse.

Es decir, somos descendientes de aquellos que antes de instalarse en una nueva cueva acechaban la entrada con paciencia, para asegurarse de que no estaba habitada por un depredador. También aquellos que durante el verano recogían y guardaban semillas, frutos o carne seca en previsión para el invierno…

Los más miedosos, los más preocupadizos, los más previsores fueron los que tuvieron más posibilidades de sobrevivir… Aquellos que no se “pre-ocuparon” de asegurarse su propia subsistencia en el invierno, cuando la caza era difícil y no había frutos que recoger, tuvieron menos probabilidad de vivir lo suficiente como para reproducirse y cuidar de su progenie.

Cueva prehistórica: pensamos en lo peor porque somos descendientes de los más previsores

Así que no podemos extrañarnos de que en nuestra manera de enfrentarnos a la vida, haya siempre ese filtro, esa búsqueda de las posibles amenazas que se esconden, y cuya detección nos permite estar prevenidos.

Sin embargo, cuando esta tendencia se convierte en excesiva, puede hacernos caer en un estado de desánimo y ansiedad.

Afortunadamente, es posible contrarrestar este sesgo negativo aprendiendo estrategias mentales que te permitan tener una visión más amplia y menos enfocada solo en lo negativo.

Y esto es lo que trabajamos en el curso “Pensar más Positivo” próximo inicio 16 de noviembre 19:00 h más información en https://www.controldelestres.es/cursos/pensar-mas-positivo/

Aplacando el ansia de perfección

Aunque hay cierta controversia sobre la veracidad de esta afirmación, se dice que los defectos en las alfombras persas (pequeñas asimetrías, o imperfecciones) se deben a acciones deliberadas por parte de su autor, como muestra de humildad, ya que solo Dios puede hacer cosas perfectas.

alfombra persa con imperfecciones: "permitirnos la imperfección nos ayuda a aceptarnos y tratarnos mejor, y por tanto, ser más felices"

Dejando a un lado si es o no cierto, podríamos tomar esta actitud como modelo para ayudarnos a luchar contra el perfeccionismo, una de las ideas que descubrimos cuando «rascamos» en la causas del estrés de muchas personas.
Cuando pretendemos hacer las cosas perfectas, a menudo entramos en un bucle de corrección y mejoramiento que resulta improductivo, ya que los pequeños cambios que podamos realizar una vez dado por bueno aquello que estemos haciendo, no mejoran significativamente nuestro trabajo, y sin embargo, reducen la productividad y sobretodo, producen ansiedad.

Permitirnos cometer algún error (razonable) en las cosas que hacemos en el día a día, colabora en cimentar una mayor aceptación de uno mismo, y en cubrir la simple necesidad de reconocer que somos humanos y por tanto, imperfectos.

Automaltrato

automaltrato. no te trates a ti como no tartarías a los demás

Hay para mí una premisa que es una imprescindible guía para la vida: “No trates a los demás como no te gustaría que te trataran a ti”. Pero hay otra tan importante como ésta y que solemos tener menos presente: “No te trates a ti como no tratarías a los demás”

En muchas ocasiones somos más inflexibles y más críticos con nosotros mismos de lo que nunca seríamos con otras personas.

Nos exigimos a nosotros mismos más de los que exigiríamos a los demás, reprochándonos las faltas, señalando los errores hasta la crueldad, o agraviándonos en comparaciones con los que son mejores que nosotros.

Este maltrato se nos suele pasar desapercibido, ya que aparece disfrazado de excelencia, eficacia, responsabilidad, celo, o lealtad.

Sin embargo, con todo esto no conseguimos ser más eficaces sino menos. Hundidos en la miseria siempre seremos menos brillanteTampoco estamos siendo más responsables, sino por el contrario, más irresponsables con nuestra integridad como personas y con nuestro bienestar.

Y mucho menos estamos siendo leales a nuestros ideales, porque siendo desleales con nosotros mismos nos alejamos de nuestros verdaderos propósitos.

Tratarnos con cariño tras los errores nos permite volver a intentarlo sin miedo, tener suficientemente claridad mental como sacar aprendizajes, y poner en marcha todas nuestras habilidades para hacerlo mejor.

La práctica regular de Auto Relajacion Consciente nos acerca más a nosotros mismos, nos hace más conscientes del sufrimiento que nos infligimos y nos ayuda a aceptarnos y querernos tal como somos, alejándonos del automaltrato.